El PADRE MALDITO
El padre,
el héroe maldito de esta historia
no es una persona socialmente habilidosa
es un Lincoln de su hogar
llevó su vida al máximo
hasta donde la exclusión mental le permitió.
Gana suficiente dinero... hoy,
antes pasaba hambre con toda su familia.
así de sencillo y trágico,
porque cuando animadamente engranó en la lógica adquisitiva del planeta
la ambición llegó para oxidarle la vida lentamente.
Al tiempo que el capitalismo irresponsable le molía la piel
sus gruesos bolsillos avalaban una soberbia creciente.
El alcohol, quien fue su único acompañante cuando estaba vaciado
no lo desamparó mientras se ahogaba en su propia riqueza.
Convencido de su éxito espasmódico y sus excitaciones ilusorias,
nunca entendió que los sentidos que estimula el capital
pertenecen a ficciones absurdas
de las cuales es divertido untarse pero no hundirse.
Metió su alma divina, su primogénito,
su posición falocrática en el clan humano,
su hijo,
quien no había nacido bajo su semejanza
pero que parecía una imagen calcada de sus gestos,
al hondo abismo del billete.
Mi tio no murió,
lo matarón dos veces,
mi primo fue aplastado en el pavimento como una lagartija
su último respiro entró a sus pulmones con sangre
y seguramente de sus ojos salió una lágrima con alcohol
que le permitió ver por vez definitiva el mundo borroso que amó sin preguntas.
Ahora el padre maldito
es un padre comprensivo
hasta donde su exclusión mental se lo permite
pero ahora sus otros hijos lo odian y lo culpan
de llevar tanta comida a la casa
y de haberles ofrecido una vida abundante.
Te extraño Primo.
Te perdono Tio.