domingo, 28 de febrero de 2010

De por qué las instituciones y las vías de Derecho y no las de Hecho, deben funcionar.



Haciendo un análisis mas acá del fallo de la Corte Constitucional, y digo mas acá en contra de los lengui-sueltos que siempre cruzan la pierna cuando hablan del mas allá, la corte no salvó la democracia, la fortaleció. No por poder divino, ni por conciencia extraterrestre y sobredotadez de erudición, sino porque, así se escuche muy fácil, hizo lo que tenía que hacer, y lo que hizo, fue aplicar una simple regla cívica de seriedad y consecuencia técnica, un silogismo sencillo de de causa-efecto, o si lo prefieren, una regla de operación matemática de regla de tres.

Así no les guste compañeros, lo que sucedió el viernes con la caída del Referendo no fue mas que la victoria de las instituciones, en otras palabras es una demostración de la importancia que tiene la fortaleza del sistema óseo normativo que ya existe. Es paradójico además que la corte sea la única corporación que no es de elección pública.

Paradójico que no dejamos en consideración del poder popular esta magna decisión. Paradójico que ahora podamos hablar de que nos quitamos de encima una DICTAURA CIVIL avalada y legalizada por un pueblo hipnotizado, sedado e ignorante. En ocasiones esto me da para pensar que es mejor una serie de edificios fríos, con conocimiento técnico (porque la sentencia de la corte no fue una decisión aficionada y fundada en el profundo amor teórico y abstracto por la democracia) a un conglomerado de fuerza popular drogada con discursos que estimulan sus corazones y los hacen recurrir a medidas poco productivas, que llevadas al extremo conducen a la violencia y la no comprensión de nada. COLOMBIA NO ES PASIÓN, Colombia tiene que ser un país de ciudadanos disciplinados (no necesariamente estandarizados ni remasterizados, sino con una voluntad educada hacia los fenómenos de importancia pública) Nuestra sociedad y la conciencia política de nuestra región deben construirse sobre principios de COHERENCIA, que correspondan a un legítimo orden que vaya desde el espíritu axiológico y cultural, hasta el desempeño técnico, práctico e institucional de las herramientas a utilizar para la construcción fáctica de las decisiones democráticas.

¿Se imaginan que todo el cuerpo institucional funcionara de esta manera racional y jurídicamente consecuente?, sería este país un lugar cada vez menos injusto, con sus órganos de control funcionando correctamente, con mesura del gasto público, racionalizado y cuantificado, con las entidades prestadoras de servicios públicos respetando y con la conciencia de la labor social que deben asumir. De esta manera nos ahorraríamos lánguidos e improductivos discursos populistas, y la elección de mediocres y adelantados mártires.

Todavía quedan tuercas sueltas. Como es que el señor procuradorAlejandro Ordoñez y el docto señor Mauricio Gonzales, presidente de la Corte Constitucional, que tiene el rabo de paja mas seco de todos los personajes públicos de este país, "salvan" su voto en esta decisión, la historia los juzgara por como se comieron ese elefante en cuchara.

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